"Eso es lo que me pregunto. Me pregunto ¿de qué?"
"¿Qué crees que te responderás?"
"Tendré que esperar hasta cogerlo", dijo Winnie-the-Pooh. "Eh, mira ahí". Señaló hacia el suelo. "¿Qué ves ahí?"
"Huellas", dijo Piglet, "Pisadas". Soltó un pequeño chillido de emoción. "¡Oh, Pooh! ¿Crees que es un.... un.... Woozle?"

"Puede ser", dijo Pooh. "A veces es, a veces no es. Con las pisadas nunca se puede decir".
Tras estas palabras siguió rastreando, y Piglet, después de mirarlo un minuto o dos, corrió detrás de él. Winnie-the-Pooh se había parado de repente y estaba inclinado, confundido, sobre las huellas.
"¿Qué pasa?" preguntó Piglet.
"Es muy extraño", dijo el Oso, "pero parece que ahora hay dos animales. A este lo-que-fuera se le ha unido otro lo-que-sea y los dos están avanzando juntos. ¿Te importaría venir conmigo, Piglet, por si resultan ser Animales Hostiles?".
Piglet se rascó la oreja graciosamente y dijo que no tenía nada

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